No hace mucho que decidimos iniciar éste viaje juntos.
En ese entonces estàbamos tan entusiasmados que imaginamos todos los destinos juntos
Y éramos los perfectos compañeros de viaje , siempre preocupados y motivados el uno por el otro.
Zarpamos por fin un caluroso dia de agosto con nervios y emoción por descubrir todo lo que nos esperaría en nuestra nueva aventura.
Conocimos algunos lugares totalmente nuevos que nos hicieron ver algunas diferencias pero acordamos siempre platicar hasta la màs mínima inquietud que pudiera complicar nuestra viaje.
Y surgieron, pequeños y grandes detalles pero éstos no afectaron nuestro firme barco
que seguía su curso.
Noté que el remo de tu lado en ocasiones no se movía pero me corregías diciendo que no había problema alguno y seguimos nuestro curso.
Pero definitivamente tu remo no se movía, estaba cada vez más lento y al preguntarte por que no avanzabas al mismo ritmo que teníamos dijiste que ya no querías seguir en el viaje y te detuviste.
Olvidaste tu equipaje quien sabe donde y ni siquiera te esforzaste en buscarlo pero yo te ayudaré a encontrarlo y si quieres seguir remando junto a mí, remaré con una mano y con la otra tomaré la tuya.
Pero puede ser que ya ni siquiera desees estar en el mismo lugar que yo y si es así, te pediré amablemete que te bajes, por que éste bote pesa mucho como para llevar un pasajero que solo agrega peso y no mueve un dedo para llegar al lejano destino que un caluroso día de agosto decidimos llegar.
