Hola, se que dices amarme y puedo sentirlo, te acercas un poco y tu mirada es la más dulce, tu respiración se altera como si por fin tuvieras en frente al sueño más anhelado. Se iluminan tus ojos como la primera vez que nos declaramos amor mutuo.Tu sonrisa es la misma de siempre, es aquella que me contagia emoción y picardía.
Tomas mi mano con la misma calidez y fuerza como si no quisieras soltarme de nuevo, la besas como un príncipe enamorado de su doncella, demostrando en cada acto que el momento es el momento que habías esperado con ansias como un niño su postre cual recompensa por haber vaciado el plato de verduras.
Amo tus abrazos por que al no querer soltarme puedo sentir tu latido unido al mío y culminado por los besos mas ardientes y desafiantes que nos llevan a dejar salir la pasion guardada que no resiste mas.
Me demuestras que cada despertar vale la pena si estamos siempre incondicionales el uno para el otro.
Aún y con todo lo anterior, existen momentos en los que la indiferencia se hace presente y es constante haciendo que una parte de mí haga alertarse a mis sentidos.
Algo sucede y no puedo decifrar que es con exactitud pero hay algún motivo abismal que denota una extrañeza clara, turbia, confusa... Ahí está..
He soñado muchas veces los posibles escenarios que puedan ser las respuestas a éstas incertidumbres y confieso que me abruman..
Por que suelen ser aquellas circunstancias que menos deseas que fueran y justo eso es, eso sucede...
Eso es.
