Puedo verme a mi misma recostada, bendada e inmóvil mientras mi papá y esposo entraban pálidos y a la vez aliviados al verme.
Las manos temblorosas de mi papá aún son de esos flashbacks que siguen presentes y ese primer bocado de alimento que me era imposible digerir.
Ya son 4 años de ese día que me cambió la perspectiva, la vida, el alma, el corazón.
Mismos años que me he visto en el espejo tratando de decifrar como exactamente logré ser quien soy ahora. Como es que puedo hacer cosas sin dudarlo 1000 veces antes. Sonreir descaradamente a la vez que me carcajeo sin temor a que me vean feo o critiquen. Mandar al carajo a algunas personas y sobre todo, reconocer que necesito paz en mi vida y que a final de cuentas y pensándolo bien creo que un día a la vez ha si do el secreto.
Dolió mucho... muchísimo y hay días en los que creo que salió de mí eso que duele y resulta que esa última astillita es la que me hace sangrar de nuevo los recuerdos y sentir que no he progresado . Me tranquilicé mucho cuando el terapeuta me dijo que era completamente normal que sucediera ésto. Me sentía como en una montaña rusa, así tal cual.
Me siento inmensamente felíz de estar aquí hoy y aun que no conseguí el ramo de rosas que me autoregalo entiendo que verme entera frente al espejo con salud y la de los que realmente me aman, me hace sentir afortunada, bendecida y es mi mejor regalo.
Felíz 4to aniversario de tu segunda vida preciosa Elizabeth..
Mi segunda vida comenzó cuando viví el día que pudo ser el último.
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